Fugaces: Stemettes, brujas y criaturas míticas
“Muchas mujeres han hecho un favor a la humanidad resolviendo grandes problemas. Una de ellas es la actriz de Hollywood Hedy Lamarr, inventora de la primera versión del espectro ensanchado que utilizamos hoy en la tecnología Wi-Fi y Bluetooth. O Stephanie Kwolek, que inventó el Kevlar, el material con el que se construyen los chalecos antibalas. Y aquí, en España, tienen a Doña Angelita, Ángela Ruiz Robles, que en 1949 creo el prototipo para el primer libro electrónico de la historia. ¿Cuántos españoles la conocen?”.
—Anne-Marie Imafidon, creadora de Stemettes.
- Anne-Marie Imafidon quería compensar la falta de presencia de mujeres en el ámbito de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) y creó la asociación STEMettes: “Muchas chicas no saben que también pueden ayudar a los demás siendo ingenieras”.
- Autoexamen: ¿tengo algún referente cultural cuyo autor no sea varón? Las mujeres tienen que estar desnudas para poder entrar en los museos. El 26 de abril finaliza la exposición en Madrid del colectivo feminista Guerrilla Girls. La entrada es gratuita, no digo nada más.
- (AVISO por la descripción de actos de suma crueldad) Cientos de mujeres son asesinadas en Tanzania acusadas de “brujería”. Las supersticiones no son inofensivas; detrás de una acusación de brujería no solo hay ignoracia, también hay avaricia: Me llaman bruja, y no pararán hasta que arda (vía @_bitterswt).
- ¿Cómo calcula tu ordenador los tiempos de descarga de Internet? Yo te lo digo: trolleándote. ¿En serio quedan dos minutos para que el archivo se descargue? No te lo creas.
- Con este esquema sobre criaturas míticas podemos aclararnos o confundirnos para siempre, ¡éxito garantizado!: Mythical creatures: The most complicated diagram on fictional animals you’ll ever need! Aquí está explicado por Jezkemp, su autor. Gracias a @Xiscally.
En la imagen de cabecera, The Woman.
1 Comment
sucedía igual en los procesos contra brujas de europa. Bastaba que una mujer viviera sola para ser sospechosa y, oh casualidad, sus bienes eran repartidos entre el denunciante y el inquisidor. En el caso de los célebres juicios de Salem, tras una aparente histeria popular yace algo mucho más sucio, el deseo de dos familias (cuyas hijas encabezaron las denuncias) para apropiarse de las tierras de las víctimas. Hubo una interesante recreación de los hechos en una miniserie en los 90, Tres Soberanos para Sarah.