Fugaces: niños inuit reeducados, máquinas que ven gatos y control tecnológico
“Al enviar una orden de compra por la web el primer día del cuarto mes del año 2010, Anno Domini, estás de acuerdo en concedernos la opción no transferible de reclamar, por ahora y para siempre, tu alma inmortal.”
— Términos y condiciones de uso de Gamestation.
- Dos documentales sobre la seguridad en Internet y la vulnerabilidad de la privacidad cada vez que usamos servicios o dispositivos conectados a ella: Control tecnológico. Si crees que no tienes nada que ocultar en lugares tan inocentes como Facebook o Youtube, puedes ver online: Términos y condiciones de uso. El espionaje digital en manos de “los malos” y “los buenos” se trata en Traficantes de armas digitales.
- Siempre envuelto en polémica, el calendario de vacunación no es obligatorio en España. El caso de un niño enfermo de difteria porque no había sido vacunado, vuelve a hacerme pensar en mi postura activista frente a las personas, grupos o colectivos que son llamados “antivacunas”. ¿Obligar, educar, informar? Comencemos por entender: Sobre la idiotez de idiotizar a los que creemos “irracionales”.
- En 1950 un grupo de niños inuit fueron separados de sus familias en Groenlandia y llevados a Dinamarca para ser educados como ciudadanos daneses: Los niños que Dinamarca sacó de Groenlandia para convertirlos en un experimento social (vía @SoydelBierzo).
- “Nuestras máquinas más inteligentes aún son ciegas”. El campo de trabajo de la doctora Fei-Fei Li se llama “visión artificial y aprendizaje automático”, y forma parte de la inteligencia artificial. Quiere enseñar a las máquinas a ver tal y como las personas lo hacen. En esta charla (con subtítulos en español) podemos comprobar cómo están enseñando a los robots a distinguir gatitos de otras cosas: Cómo estamos enseñando a las computadoras a entender imágenes (vía Mujeres con Ciencia).
- Mi amigo @DemocritoII me conoce y sabe que soy experta en bostezar en las situaciones más inoportunas. Por ejemplo, tengo que concentrarme mucho para evitar hacerlo cuando hablo en público o leo en voz alta ante cualquier persona, por eso me envía este interesante artículo sobre un trombonista que no paraba de bostezar: El bostezo del músico.
Imagen de cabecera: la mejor pizza del ciberespacio.
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